Existen diversas formas de romper el ciclo de contaminación microfibrosa, y lavar tu ropa con agua fría es un buen primer paso. Un estudio muestra que la cantidad de microfibras liberadas durante un ciclo rápido con agua fría (77°F durante 30 minutos) es significativamente menor que durante un ciclo de agua caliente más largo (104°F durante 85 minutos).

También es importante considerar el tipo de ropa que compras. “La mejor solución es adquirir ropa de alta calidad que resista la pérdida de fibras“, dice Michael Mattingly, director ejecutivo de cuidado de la ropa en GE Appliances. “Por ejemplo, los tejidos de punto son mejores que el polar, y las fibras naturales son mejores que las sintéticas“.

Otro motivo para elegir agua fría es el menor uso de energía, lo que la hace una opción más sostenible. El agua caliente requiere mucho más energía por carga, con alrededor del 75-90% del total de energía utilizada destinada a calentar el agua, según Mary Gagliardi, también conocida como la Dra. Laundry, científica principal de The Clorox Company. Esto significa que el cambio al agua fría puede generar un importante ahorro energético. Según Energy Star, lavar la ropa con agua fría cada vez puede ahorrarte hasta 66 euros al año en costos de calefacción.

El agua fría también puede ayudar a que tu ropa dure más tiempo. “Lavar con agua fría puede ayudar a ralentizar la decoloración de los colores y el encogimiento de las telas”, dice Stephen Hettinger, director de ingeniería en sistemas de lavadoras en GE Appliances. “Las pruebas demuestran que el agua tibia o caliente acelera la decoloración de los colores oscuros“.